8.11.04

Sherezade

¿Nunca te has sentido Sherezade?

De vez en cuando, hablando con gente que conoces, pero no demasiado, me entra esa sensación.

Esos días en que estás inspirada, hablando de mil y una cosas en un clima tranquilo, casi íntimo, con una persona que bebe cada una de tus palabras, las absorbe y espera más, para luego discutir algún punto de lo que has dicho.

Cierras una historia y ves en sus ojos que espera más, espera otra anécdota, otro pequeño retazo de tu vida o la de vuestros amigos en común. Ves cómo la magia de las palabras va tejiendo un hechizo que envuelve a tu interlocutor, atrapándole con cada cambio de entonación, sus ojos fijos en los tuyos, tus ojos transmitiendo mejor que tu voz el tono exacto de tu historia.

Vas hilvanando un cuento eterno con vivencias universitarias, meteduras de pata sonadas, emociones a flor de piel confesando cuánto has necesitado a alguien, ironías sutiles al tratar temas políticos... y el café se enfría en vuestras tazas, la terraza se va llenando de gente, las horas pasan y aunque pares a respirar un momento, esperando que tu interlocutor retome la conversación, sólo es capaz de preguntar en qué momento pasó tal o cual cosa, o matizar un punto de vista, gracias a una cita que le viene a la cabeza...

Hay momentos en que esa conciencia de Sherezade hace que pierdas el hilo de tu narración: llegas al final de una historia, ves que has monopolizado la palabra durante largo tiempo y esperas que te cuenten algo, pero en unos segundos ya ves en sus ojos el deseo de oír más, su sonrisa dice 'sigue, no pares' y el pequeño titubeo al ver el efecto de tus palabras en seguida se convierte en otro mundo en el que nos sumergimos, una película que acabas de recordar o la conferencia que está preparando una amiga tuya... y sigues narrando, no para salvar tu cabeza sino para que no se rompa la magia.

...Dejaremos para otro día la conciencia de Harpo Marx, que también conozco ;)

2 comentarios:

Juan Ignacio Gil dijo...

Contar historias es una sensación terriblemente poderosa... y adictiva.

Okok dijo...

...Y de eso tú sabes mucho ;)