9.5.06

La espera


La espera
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Mr. Frog.
El problema principal es que aquí NO me tratan mal. Me aprecian y reconocen como una buena profesional. Pero no me acabo de sentir a gusto.

El entorno es perfecto, demasiado: un despacho amplio, lujoso, donde hasta mi zona de recepción es agradable y amplia, con todo tipo de comodidades. Pero sigo con tensiones en la espalda y los hombros, por los nervios. Por la decisión.

Las vistas al levantar los ojos de la pantalla... del teclado, son agradables: la sala de reuniones, muy armoniosa y relajante, y al fondo los árboles y algo de tráfico entrevisto entre las ramas. Matizado con unas persianas que dejan pasar la luz tamizada.

La oficina está muy bien organizada y el sistema realmente funciona.

Pero no me siento a gusto, estoy como pez fuera del agua. O como un pulpo en un garaje.

Y cuando ves la parodia de lo refinado que llega a ser, que la gente se levanta y va al lavabo a sonarse la nariz, que los papeles que se unen con clips han de llevar un papelito entre el clip y los documentos para no dejar la más mínima marca en unas fotocopias, que en lugar de bolígrafos desechables utilizamos plumas estilográficas desechables... (Aquí veo a Zuviëh dando palmas, y sí que me gustan las estilográficas pero por decreto, me parece una chorrada), cuando veo los pequeños detalles como el de la bolsa de Emporio Arman para llevar las toallas sucias, me da u ataque de caspa y siento que no es mi sitio.

Lo malo es que si me lograra adaptar, a la larga podría hacer carrera en esta empresa, como ya me intentó convencer una compañera que debía verme cara de pensármelo y me dijo que una vez pase la etapa ETT, pagan muy bien y yo podría coger una buena posición aquí, al ser rápida aprendiendo y al conocer el sistema del comercio exterior. Pero para llegar a eso, tendría que convertirme en alguien que no soy: me habría de adaptar al look ejecutivo a diario, a una serie de ideas que habría de acatar si no aceptar, y a un entorno diario de un estilo que no va conmigo. Hasta a la hora de comer, precios aparte, no logro escapar de yuppies y ejecutivos engominados por doquier!

Y en la opción B me sentí a gusto desde la primera visita, y a base de entrevistas ya he coincidido con 7 miembros del equipo. Y está al ladito de la playa, y a tres paradas de metro del colegio de mi hijo, que a la vuelta por la tarde puedo ir caminando a recogerle...

Y ticket restaurant! XD

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Haber empezado por ahí!
¡Al lado de la playa!
Yo ahora aceptaría un trabajo parecido al que tengo que estuviera al lado de la montaña.
Tú misma lo has dicho, puedo progresar pero no estoy a gusto. O, lo que es lo mismo, como no estoy a gusto tampoco haré mucho por progresar, y además me pasaré la vida pensando en trabajar junto a la playa...
Sólo espero que no sea un chiringuito, y si lo es, pasaré a verte este verano.

Poliwhirl dijo...

Joder, otra vez con los chiringuitos!!! Un poco de tacto, por favor, que algunos vivimos en Madrid.

Anónimo dijo...

Joder, si llega a leer este post mi padre te contestaría algo así, mira:

"... no te preocupes, vente conmigo a trabajar lavando coches y cambiar aceites, con los cristales ardiendo en verano, que se queda pegada la bayeta y sudas como un puerco, con el hielo de las tinajas de esas bayetas en invierno, donde hay que meter las manitos para lavarlas, aunque luego salgan sabañones. Y la grasa por todas partes. Y el ruido de los elevadores y el compresor de aire. Verás qué rapitido te enseño a adaptarse a "circunstancias molestas"."

Como si lo viera, vamos. Pero bueno, mi padre ni siquiera sabe qué es un blog, así que nunca leerá este post. Te has salvado de la crítica por eso, que si no...

:D

Zuviëh S.F. dijo...

Pues ahora prefiero que te quedes donde estás y de paso me regalas unas cuantas estilográficas de esas desechables...

¡PLAS PLAS PLAS! ^_^