10.4.08

Hace una semana

A estas horas, hace una semana, estaba en el concierto de Laibach.


La verdad es que algo twiteé, algo envié directamente al blog desde el concierto, subí directamente a Flickr fotos en tiempo real y hasta hice una llamada para compartir con una amiga una de las canciones, Anglia, la versión del himno inglés.

Y no escribí por aquí en seguida sobre el concierto porque entre unos posts y otros, tampoco me quería hacer demasiado repetitiva, pero me han vuelto a preguntar sobre el concierto y parece ser que leer las explicaciones en el set de Flickr daba pereza, así que allá va.

La primera impresión fue directamente con el público: Había una buena mezcla de gente, mucho siniestro - postpunk - techno industrial de eeeeeeee30 y 50 bien llevados, además de jóvenes que parecían bastante conocedores del grupo.

El ambiente era muy bueno, y yo estaba bastante de los nervios (pobre Magda) porque realmente había sido un grupo que me había fascinado hacía unos veinte años, había dejado medio en el olvido al no poder escuchar vinilos ya y había recuperado con saña a raíz de un post en febrero. Lo primero que hice fue comprarme una camiseta con el lema
"WE BELIEVE IN GOD BUT, UNLIKE AMERICANS, WE DON'T TRUST HIM"
Pero, parafernalia y modelitos aparte, tenía los nervios de la adolescente que ve en vivo por primera vez un grupo que le marcó, y los de la adulta madura incrédula que teme que tras tantos años, ahora no me gustaran tanto o de algún modo me decepcionaran.

Pero nada de eso.

El concierto empezó con un repaso de su disco Volk. La primera canción fue America, la segunda Anglia. En los visuales del fondo jugaban mucho con las banderas, "laibacheándolas" como se ve en las fotos de arriba, cambiando las estrellas de la bandera US por su símbolo en V o formando la estrella de David con estos mismos símbolos en Yisra’el. También jugaban con otras connotaciones como la sangre de los toros goteando de la bandera española, o la preciosa lluvia de kanji en Nippon. La combinación de la potente y dura voz de Milan Fras con la dulzura a veces extravagante de su compañera (cuyo nombre, lamentándolo mucho, no logro descubrir) nos transporta a mundos en colisión, guerras entre hermanos, algún oasis de paz, y cantos a la revolución.

Nippon

Pero llega un momento en que termina la primera parte del concierto, dedicada al disco actual, y tras unos reajustes del escenario, sale Milan Fras escoltado por dos impresionantes mujeres que tocan sendas baterías al unísono, marcan ritmos, hacen coros... con una teatral solemnidad que nos transportaba a otro mundo, a la república de NSK o la Neue Slowenische Kunst. EL fondo visual, las luces, toda la ambientación es más industrial, vivimos una apoteosis del Laibach más bailable, las bateristas marcan los ritmos marciales a son de tambor, palmas, coreografías perfectamente sincronizadas que aportan a la figura de Milan un marco ritual. Es aquí donde la gente arranca a bailar a mover la cabeza sincopadamente, pues cantan varias de las canciones más conocidas: Tanz mit Laibach, Now you will pay, y como despedida Life is Life sonaba mientras se veían en las pantallas los títulos de crédito...

Concierto Laibach

Una semana después, ¿qué me queda?

Me queda la alegría de descubrir que la Neue Slowenische Kunst sigue viva y bien activa. Me queda el placer de ver que Laibach ha demostrado poder coger cualquier pieza musical y darle un aire totalmente nuevo. De hecho, el disco Sympathy for the Devil que editaron y compré hace 20 años, consistente en 8 versiones distintas del clásico de los Rolling Stones, es una buena prueba de ello... Me quedan las ganas de recuperar todo el tiempo que he perdido de su trayectoria, investigar qué otros proyectos están llevando a cabo, escuchar todo lo que hayan publicado estos últimos 10 o 15 años.

Porque no puede ser casualidad el que tras recordar tu antiguo grupo favorito por una anécdota irrelevante, de pronto te enteres que no sólo siguen en activo como banda musical sino como movimiento artístico y cultural (NSK) y aparecieran por Barcelona poco después para intervenir en una serie de charlas culturales, y ahora en abril actuaban en Barcelona, y luego en Madrid.

Laibach vuelve a mi entorno para quedarse.

De momento, he comprado en Play.com una copia en CD de uno de los vinilos que tenía, bastante barato ahora. Otro que quería recuperar en CD no me lo puedo comprar todavía, que vale casi 30€... y ya ni hablar de los nuevos! Y sí, ya sé que se pueden descargar, pero en el caso de grupos que me gustan mucho, a la que puedo me gusta tener el cd y su libretito... auqnue si alguien me quiere regalar la discografía completa en MP3 no me voy a quejar :P

P.D.:Os dejo una última canción, Anglia ;-)


God save the queeeeen! god save the QUEEEENNNN!

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