8.7.08

Totxo.

Nota: El comentario de anoche a este post de MAcOs LuCas era largo, casi igual que el de hoy.


Creo que algo he cambiado, y además he añadido algún link. Lo borré, se lo comenté, y el muy insensato me dijo esto:



Bueno. él lo ha querido. Al final, lo copio aquí también porque es un tochopost. o, en catalán, un totxo!
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Bueno, va, intento recordar el comentario de anoche ;-)

Normalmente suelo estar a favor de la libertad de expresión de ideas y de expresiones culturales. Abanderada de las causas perdidas o minoritarias, de las tradiciones y culturas en retroceso. Del políglota y de la multiculturalidaad, de la fusión y el mestizaje.

Por otro lado, estoy normalmente en contra de la intransigencia, de la imposición, de la xenofobia, racismo y clasismo. De la intolerancia y falta de respeto, cultura y saber estar. Que puedes ser un punki pies negros destroza papeleras, o un punki artista y/o creador inglés que se pasa las horas en el Tate o el National Gallery viendo arte, cojones.

Todo esto hace que mi postura ante los conflictos por las lenguas co-oficiales en distintas zonas de España sea muy compleja.

De cría, con unos 13 o 14 años, participé en la campaña "Hola, sóc la Norma!" de normalización del catalán y fui a clases de sardana todos los sábados para aprender más sobre la cultura catalana, dado que vivía en un pueblo turístico donde la gente no solía hablar catalán, era una asignatura pura y dura, y si bien los "charnegos" éramos algo más purria que los de apellido catalán, éstos solían suspender más las ASIGNATURAS de catalán y literatura catalana.

Pasando ya al instituto empecé a estudiar en catalán alguna asignatura, y la cosa se ponía más "profesional", pero sin problemas. Empezaba a haber rollito independentista, pero más por el tema cultural que político en esa época, en mi entorno. Fui leyendo más y más en catalán, y conociendo gente de distintas zonas y variantes del idioma. Pullas entre localismos, muchas. Especialmente contra Can Fanga y los pixapins, es decir los barceloneses, por centralistas.

También coleccionaba por esa época todo lo que me traía mi tía de la huerta murciana escrito en Panocho, por cierto. Molaba, y mola.

Luego me vine a Barcelona. Aquí, a finales de los '80, no importaba en qué idioma hablaras con tal de que en el grupo de gente que itneractuaba hubiera al menos una persona más que te entendiera y tradujera ;-)

En la facultad de Filosofía estudiábamos en ambos idiomas, según el profesor y la asignatura, y no había problema. Era la época de terra lliure pero en nuestra facultad no se notaba mucho, más bien estábamos concienciados del problema gallego y el Exercito de Liberación Galego (seguro que lo escribí mal) porque notábamos el catalán bastante vivo. A los estudiantes que venían de otras comunidades autónomas o del extranjero se les avisaba de que tenían que sacarse un título de catalán, incluso se repartían folletos a la entrada de la uni, pero a los que habíamos estudiado BUP y COU en catalunya se nos dijo que teníamos ya el nivel exigible para cualquier cosa. Y, en esa época, catalán de COU era durillo, con mucha fonología y fonética.

Pero venían los Juegos Olímpicos y el sector más radical decidió hacerse notar, contagiando a muchos jovenzuelos que no acababan de saber de qué hablaban. Freedom for Catalonia apareciá por todas partes, y la comunidad entre castellanoparlantes y catalanoparlantes empezó a romperse.

Acabo la carrera, me apunto a la lista de licenciados en Filosofía para hacer interinajes y nos dicen que si no teníamos el título de catalán, no te podías apuntar. Daba igual dónde hubieras estudiado. Que el CAP muy bien, pero a sacarse el C (¿o el B?, no recuerdo) o no hay tu tía.

Ese día me cabreé. Todavía me dura el cabreo.

Cabreo por lo mal que llevaban las cosas en esa época, por cómo perdieron tantos simpatizantes al chauvinizar la cultura catalana. Y todavía quedaba lo peor: la apoderación de Lo Catalán por parte de la burguesía, esa misma burguesía que lo había abandonado hacía décadas porque era démodé.

Por otra parte, en la Vida real, buscando trabajo, etc empecé a ver más especímenes hiperventilados que se ponían rojos hablando de las maldades de España y lo que sufría Catalunya y el catalán. Cada vez que se enteraban que era inglesa me querían explicar la historia de Catalunya (versión Sadomaso) y se encendían los ánimos. De pronto me entró un poco de asco al rollito catalán y dejé de hablarlo, a menos que estuviera en un contexto muy relajado y de buen rollo. Siempre decía "tú háblame en catalán, tranki" pero yo NO LO HABLABA porque me jodía un cierto porcentaje de hipercatalanistas. Además, estaba Puchol y la Chene, que de pronto volvieron ultraconservadoras a todas las instituciones culturales, que fomentaban películas y música malísima con tal que fuera en catalán y se generó el debate de si cultura catalana era sólo la cultura en catalán o la que se hacía en Catalunya. (Ese debate todavía existe, por cierto) Lo contracultural y underground pasó a ser NO HABLAR EN CATALÁN porque ya no era nuestra cultura, sino lo que imponía Pucholín.

Llegué a cogerle tanto asco a lo Übercatalán (no al catalán ni a Catalunya, sino a cierto tipo de independentistas y catalanistas descerebrados) que si me llamaban pidiendo clases de inglés, como profesora nativa (en el anuncio no decía que llevaba años en Catalunya) yo exageraba mi acento guiri al contestar y si me seguían hablando en catalán y, como se solía hacer entonces, decir que mi deber era conocer la lengua, les daba un precio mucho más alto para que pasaran de mis clases. Prefería evitar cierto tipo de alumnos. Cuando lo comentaba a amigos (castellanos, catalanes, extranjeros...) les decía que para mí las lenguas, los idiomas, son para comunicarse. Si esas personas no quieren comunicarse conmigo cuando fingí no entenderles para probar con quién me encontraba, no tiene sentido que les enseñe otra lengua.

Sin embargo, TODO ESTE TIEMPO YO DEFENDÍA CATALUNYA Y LO CATALÁN CUANDO ALGUIEN LO CRITICABA porque diferenciaba el catalán real de aquellos intransigentes que se hacían oír más, pero que por suerte eran minoría. Vamos, como lo de decir que todo el País vasco es etarras y Kale Borroka, cuando sé de buena mano que no es así. Lo defendía, pero odiaba profundamente cierto concepto de la catalanidad.

Ojo, que luego está el tema de que estos catalanistas a ultranza (suelo identificarles como Pucholistas, aunque no siempre lo sean) son igual de centralistas en lo que a lengua catalana se refiere: miran por encima del hombro cualquier dialecto o variante del catalán, se niegan a escuchar hablar de lengua mallorquina o valenciana (dejando de lado que yo considere que son dialectos del catalán, al menos habrían de escuchar los argumentos de las otras partes) y vacilan del catalán del sur de Francia, que ése sí lo hablan 4 gatos y está en las últimas. Vamos, que una vez más, no odio la cultura ni la lengua, sino sus abanderados a ultranza.

El estigma radicalista del catalán, y la leyenda urbana de ostracismo y rechazo por no hablar catalán viene de esa época, diría que los '90, cuando se puso de moda mirar por encima del hombro o directamente ignorar a cualquiera que no hablara el idioma.

Pero tengo una buena noticia: eso, amigos, ha pasado a la historia.

Con el tiempo la cosa se relajó y sin darme cuenta uso el catalán a diario, hablado y escrito, en el trabajo, en mi vida personal. Incluso mantuve un blog en catalán perfecto durante más de un año, para un colegio.

También estoy al día, y muy orgullosa, de la gran comunidad de linuxeros y del fuerte movimiento de software libre en catalán, para ser una lengua minoritaria su presencia en la web y en la difusión del software libre es acojonante!

Pero me sigue encendiendo (y no sólo a mí) que se subvencione por ejemplo a Ventura Pons y no a autores buenos que pagan sus impuestos en Catalunya pero hablan otras lenguas.

Aún así, hoy en día me encienden más los centralistas que critican todas las lenguas que no conocen, sólo por principios, y sacan la catalana que hay en mí.


Ahora, lapidadme.


ACTUALIZACIÓN: Le toca el turno a Lord Zoltan de contar las cosas que no le gustan de la política lingüística de Catalunya.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja ja ja!!! :D

Permíteme ser la primera en NO tirar ninguna piedra.

(llençar? llançar?, je je je)

P-S, alias "Nivell C"

PD. Puedes lapidarme a mí si quieres!

malaputa dijo...

Cuando vuelva a casa por la noche te respondo, que estoy en el trabajo.